Violencia climática


Sequia en Somalia y campos de refugiados por los conflictos derivados

Este 2013 está siendo en Norteamérica complejo en lo que a clima se refiere. Cierto es que las noticias sobre el shale gas y la indisimulada envidia con que algunos se refieren a la posilibilidad de que (más allá de la independencia energética), Estados Unidos sea un relevante exportador neto de hidrocarburos en pocos años, igual han sacado el foco del clima… Porque durante el pasado junio se registraron las quintas temperaturas medias globales más elevadas desde que se tiene noticia, según la NOAA (la agencia científica del Departamento de Comercio). Serían ya 28 años consecutivos donde las temperaturas de junio son, progresivamente, superiores a la media. Mientras, la sequía se expande en las planicies del Sur americano (Nebraska, productora de sorgo y trigo, parece tener una de sus peores cosechas). El Este es, por su lado, víctima de lluvias torrenciales. Los granjeros de Iowa e Illinois (productores de maíz y soja) están hasta las narices del semestre enero-junio más húmedo de la historia. En esa línea, científicos de la misma NOAA publicaron un estudio un mes antes en el que demostraban que las olas de calor se hicieron más frecuentes en los Estados Unidos en las últimas décadas.

El clima es un fenómeno caótico por definición, no lineal, complejo…  y cuyos modelos de previsión responden a una elevada incertidumbre. En cualquier caso, sí sabemos que las variaciones súbitas del clima son peligrosas para todos. En 2011 investigadores alemanes y suizos publicaban el estudio «2500 Years of European Climate Variability and Human Susceptibility» donde, a partir de algo tan sencillo como sería la concentración de anillos en troncos de roble, evaluaban las precipitaciones y su variación histórica en 25 siglos (ver gráfico de abajo). ¿Conclusiones? Aunque el calentamiento actual no se parece a nada visto antes, en términos de gravedad y corto plazo, existirían evidencias de períodos cálidos y fríos en la historia de Europa tan o más relevantes que los actuales. Resultaría que esos momentos coincidieron curiosamente con grandes cambios históricos. Periodos de clima suave se asociarían, por ejemplo, a la aparición y desarrollo del Imperio Romano. El empeoramiento del tiempo entre el año 250 y 600 DC se asociaría a su fin… La pequeña edad de hielo en el 1300 DC se asociaría, igualmente, a la enorme hambruna que hubo en Europa, y de ahí el efecto que tuvo la peste negra en 1347, que se llevó por delante entre el 40 y el 60% de la población europea en pocos años… Curioso. Cierto es que todas ellas eran sociedades eminentemente agrarias, pero… ¿Sería esto aplicable a nuestra sociedad post-moderna y post-industrial?

Relacion entre nacimiento y ocaso de imperios o edades y anomalias climaticas. Causa y efecto igual no. Correlacion segura.

Los modelos llamados GEC (iniciales de Geography, Environment, and Climate) intentan explicar la relación entre fenomenos «físicos» y crecimiento económico. Para entenderlo, se trata de unir historia y economía y sacar (si se puede) conclusiones. En esta materia el más grande es el historiador francés Fernand Braudel, que intentó explicar las sociedades humanas a partir de su demografía, cultura, economía y política… y ¡geografía y climatología! Estos dos serían para Braudel elementos clave para entender todos los movimentos políticos y económicos de larga duración de la historia. Esto es así porque condicionan totalmente los desarrollos de la civilización. Bien es cierto que no son definitivos, pero sin ellos es complicado entender los demás factores (de alguna manera están influidos por geografía, medio ambiente y clima). Por ejemplo, los ahora famosos Acemoglu y Robinson por sus teorías de las élites extractivas (que tan bien ha aplicado a España César Molinas; básicamente: la riqueza de un país no depende tanto de sus recursos sino de la existencia de élites captadoras de las rentas producidas en su único beneficio) escribían en 2000 un relevante paper al respecto del GEC: «The Colonial Origins of Comparative Development: An Empirical Investigation«. Conclusión: la geografía determinaba la estructura política. Para ello estudiaban las colonias de Europa en América y África. Por ejemplo, los ingleses no actuaron igual ni se organizaron igual en Nueva Zelanda, Australia o Estados Unidos (y fue diferente al norte que al sur). Todo dependía de su facilidad para asentarse en cada lugar (siempre es más fácil en áreas frías que calientes) y obtener recursos. En otras palabras: del clima y geografía.

¿Más ejemplos? Kenneth Pomeranz también en el año 2000 explicaba en «The Great Divergence» qué había pasado con China en el siglo XVIII. ¿Por qué si en 1850 el nivel tecnológico de China y de Inglaterra eran similares una se había desarrollado y la otra no? Llevar la máquina de vapor a Shanghai no era imposible, pero alimentarla de carbón sí. Las grandes reservas carboníferas de China se encuentran en Shanxi, en la despoblada Mongolia interior; demasiado lejos, demasiado profundas y demasiado complejas de transportar sin carreteras más o menos decentes. Por el contrario, los ingleses tenían al norte del país, a pocos kilómetros de Londres una tramada red fluvial y una más sencilla orografía, que trasladaba facilmente carbón de las cuencas mineras de Lancanshire y South Yorkshire (es más: en 1850 Inglaterra producía la mitad del carbón mundial) en pocos días a las plantas siderúrgicas de Sussex, Yorkshire o Cumberland. Añádale si quiere, el software de la ilustración europea (y los ingenieros ingleses) y la división de poderes, contra un imperio tan complicado como el de los déspotas de la Dinastía Qing y a su más despótica organización feudal China, su autarquía financiera (se financiaban su propio déficit, sin incentivar a los inversores financieros, propios o ajenos) y ya tiene un modelo que explica porqué China se quedó atrás en el siglo XIX. ¿Falta de energía barata? Sí, sin duda; pero sobre todo con el GEC de nuevo como posible elemento explicativo de porqué unos países avanzan y otros no.

El Estudio de Gallup, Sachs y Mellinger de 1998 en que se muestra que mayor acceso al mar implica mayor renta

Obvio que todo eso es interesante, pero… ¿Y el capital humano? ¿y el comercio? Si bien los modelos GEC podrían explicar perfectamente cierto momentos de la historia (como el del estudio de los troncos de roble), hubo un momento capital en la historia de la humanidad que modificó el entorno: el descubrimiento de América. Eso produjo un enorme trasvase entre Europa y el nuevo continente de plantas, animales, minerales… y ¡microbios! (como explica también de forma muy interesante Jared Diamond). Si los cereales o los animales de granja, o el café llegaban a América, la papa (patata), la batata (boniato), la mandioca, el cacao, el tabaco o el tomate llegaban a Europa. Y también llegaban a las Américas la peste bubónica, el cólera, la lepra, la malaria, la fiebre amarilla, el tifus, la escarlatina… Bueno, los americanos también enviaron la sífilis a cambio a la vieja Europa. En cualquier caso, ese enorme intercambio cambio los rendimientos agrarios y la producción global. Porque otro elemento de cambio en este modelo es la interacción entre las personas que componen las sociedades (como bien cuentan Richerson y Newton aquí). Comerciar permite innovar y, de ahí, el desarrollarse, en un negocio en el que (por lo normal) todos ganan (si no, no hay operación). Mercancías o ideas, da igual. Igual ahora entiende porqué Europa Occidental, que es 1/8 de la superficie de Àfrica pero tiene más del 50% de costas que ésta, le ha ido mejor….

De acuerdo ¿y el cambio climático? ¿Qué relación tiene? Otro estudio (en este mes y medio en que no he escrito nada en este blog, he tenido tiempo de leer muchas cosas…) publicado el pasado 1 de agosto en la revista Science por Solomon Hsiang, Marshall Burke y Edward Miguel y titulado «Quantifying the Influence of Climate on Human Conflict» analiza la posible relación entre clima  y guerras o conflictos. La conclusión es que el clima influye en las actitudes de las personas; en otras palabras, que temperaturas más cálidas desempeñan un papel más influyente en los asuntos humanos de lo que se pensaba. Analizando más de 60 estudios establecen unas curiosas conclusiones: sequías durante la revolución mejicana, picos de la violencia doméstica en India y Australia,  aumento de agresiones y asesinatos en EE.UU. y Tanzania, violencia étnica en Europa y Asia del Sur, invasiones de tierras en Brasil, el uso de la fuerza de la policía en Holanda y hasta el colapso de los imperios mayas y chinos. Mayores temperaturas tendrían probabilidades del +4% entre personas y del +14% entre grupos. El paper anterior, muy interesante, iba en una sección dentro de Science sobre diferentes temáticas actuales del cambio climático. Todas muy similares: los impactos no cesan, tienen múltiples implicaciones y sus efectos son preocupantes. Este juego peligroso cambiará los GEC, sin duda. Y ya sabemos que con las cosas de comer no se debe jugar.

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Acerca de David Ruyet

David Ruyet (Barcelona, 1970) has 25 years of proven experience within the renewable energy industry in Europe and South America. Graduated as industrial engineer with a specialization in nuclear energy in 1997, holds an MBA from ESADE Business School. He is also about to present his dissertation to receive a doctorate degree in economy in Spain. Blogging at www.davidruyet.net is an opportunity to share opinions on current issues related to energy energy and the economy.
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3 respuestas a Violencia climática

  1. David, como siempre un post muy interesante. Gracias a este blog siempre aprendo cosas nuevas. Lo único que echo en falta es una aplicación de la teoría GEC a la historia española, sobre todo el breve período de la Edad de Oro y el rápido hundimiento. El retraso económico/industrial endémico que arrastramos desde entonces.Y lo que nos depara el futuro a este ritmo.

    • David Ruyet dijo:

      Muchas gracias Álvaro, por su comentario. Las aplicaciones del GEC a la historia española van más allá de la Edad de Oro. En este sentido le sugiero el artículo que publicó en «EL País» César Molinas «España Capital Madrid», donde cuenta la anomalía geográfica (para Molinas «aberración geográfica») de la elección de Madrid como Corte por Felipe II (la capital a mayor altura de Europa, única sin acceso fluvial, lo que que habría condicionado su futuro desarrollo y del país, generando un modelo de crecimiento socioeconómico y capitalismo cerrado, aislado, clientelista y cutre). Otro buen testimonio está en el imprescindible «El triunfo del dinero» de Niall Ferguson, donde en el capítulo «sueños de avaricia» cuenta como se analiza la ambición de los colonizadores españoles por la obtención de plata y oro nunca fue entendida por estos correctamente, dice Ferguson «los monarca españoles del siglo XVI […] extrajeron tanta plata para pagar sus guerras de conquista que el valor del propio metal -esto es, su poder adquisitivo en relación con otros bienes- descendió de manera drástica». En otras palabras, no entendían el efecto de la inflación al «emitir» más moneda. Y dice «Lo que los españoles no habían sabido entender es que el valor de un metal precioso no es absoluto». La duda que tengo yo es si los actuales lo han entendido. Muchas gracias por sus comentarios y por seguir este blog.

  2. Anselmo dijo:

    Hay científicos que predicen el advenimiento inminente de una pequeña edad glacial. Lo veremos dentro de un año.
    http://en.wikipedia.org/wiki/Khabibullo_Abdusamatov
    De todas formas quizá sea más apropiado hablar de <> dado que las hambrunas son resultado de que la población ha aumentado, durante los periodos de clima benigno, a niveles insostenibles cuando éste empeora.

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