Scientific American titulaba el número de septiembre de 2010 con un descorazonador «The End» y añadía (sin tranquilizar mucho) «at least as we know it«. También lo decían R.E.M. Hace tiempo del número, pero lo cierto es que no ha perdido interés. Dentro de la revista, una serie de artículos evaluan el duro futuro que nos espera ante el inminente escenario global de crisis que se caracterizará por tres elementos: catástrofe climática, pobreza extrema y sobrepoblación. Sobre este último punto, incorpora un fascinante gráfico interactivo (se puede acceder aquí), en su artículo «How much is left«.
Pero… ¿Cuando hay demasiada población? Si la respuesta es cuando una persona más lo hace insostenible, no da muchas pistas. El criterio más común es considerar que cuando se demanda más alimento, se producen más residuos y se exige más espacio del que el medio puede proporcionar sin arriesgar el futuro de otras especies, tenemos exceso de población. En otras palabras, cuando se supera la llamada biocapacidad. Este término tiene mucha relación con la llamada huella ecológica, es decir, el uso físico que se hace del ecosistema. Más personas demandan más alimento y consumen más recursos, en una serie que se realimenta. Pues la tasa neta de crecimiento diaria es de 250.000 personas al día en 2010 (la mayoría en países muy pobres), y la perspectiva es pasar de los 7.000 millones de personas actuales a 9.000 millones en 2050. Cómo para preocuparse, vaya.
«Esto es muy malthusiano y, por tanto, deprimente» he leído por ahí cuando se habla sobre el trade off entre crecimiento y acceso a los recursos. Y es que en 1798, el reverendo anglicano Thomas Robert Malthus escribió el famoso «An Essay on the Principle of Population« dónde establecía que el crecimiento exponencial de la población y el lineal de los recursos debería entrar en conflicto en algún momento, y de forma inevitable:
«This natural inequality of the two powers, of population, and of production of the earth, and that great law of our nature which must constantly keep their effects equal, form the great difficulty that appears to me insurmountable in the way to the perfectibility of society.»
En su día (los 70) el Club de Roma encargó al MIT un informe sobre esto. Un grupo de científicos muy serios, liderado por Dennis Meadows, publicó las conclusiones en un informe titulado «The limits to growth» que preveía un colapso muy malthusiano en el año 2000. Hoy sabemos que eso no pasó, pues la disrupción tecnología y la innovación rondan por ahí y, en realidad, han variado la pendiente de la recta de recursos (se produce más con menos). Muy bien. Pues según el PNUMA, hoy, el cociente entre huella ecológica y biocapacidad habría bajado de 1,5 a 1,2 (el límite de la sostenibilidad sería 1), considerando un límite de huella ecológica de 1,8 hectáreas por persona (en 2008 era de 2,1). O sea que vamos acercándonos al punto de corte; todo ello con una evidente desigualdad: los países OCDE tienen mayor huella ecológica que el resto.
¿Y la energía? No nos engañemos: el principal driver de crecimiento de la población mundial en los siglos XIX y XX (hasta entonces eramos poco más de 800 millones de personas) ha sido el uso de fuentes de energía de elevada densidad energética a bajo coste nominal: las fósiles. Eso y las vacunas, claro. Es lo que se llama el homo hidrocarburus, con un pelín de cachondeo. Pues más población multiplicará la demanda, hará subir el coste y aumentará el gap ricos-pobres. Todo eso como dice Carlsberg: POSIBLEMENTE.
Se puede afrontar el conflicto, actuar, pensar y trabajar o plantear la cornucopia: como me dijo una vez un tipo que ahora es eurodiputado, al comentar una propuesta suya que obviaba los costes de la energía en un escenario 2030: «yo soy seguidor de la escuela austríaca y estoy convencido de que el hombre descubrirá algo en un escenario de grave crisis«; pues que vaya esperando.
Pingback: Cayó el precio de los alimentos: acaba bien 2011, pero ¿empieza bien 2012? | el blog de David Ruyet
Han inflado artificialmente la poblacion de españa, es 6 millones de inmigrantes desde 1981, ahora españa ronda los 6 millones de parados.
Le hacen una rebaja en el coste de energia a las familias numerosas a la vez que le suben el precio a las empresas que cierran o se van a otros paises.
Esto es en conclusion, un suicidio, tenemos a unos irresponsables acaparando la autoridad del estado que no abordan el problema de la superpoblacion y condenan a la humanidad a la pobreza, la miseria y la delincuencia.
Mientras dan ayudas a familias numerosas hacen que la gente pague las bolsas del supermercado, suben los combustibles hasta empujar a empresas y trabajadores a la ruina por los costes, y obligan a la gente a pasar frio y calor por no poder ni refrigerar sus viviendas.
Y a los alimentos les poenen insecticidas sistemicos como el imidacloprid que causa cancer que ya va por el 44%, y causa asperger y autismo, y ha devastado el comportamiento colectivo de insectos como las abejas destrozando la simbiosis que rodea a los humanos y les protege.